Aschgo-Atari
La robótica blanda se caracteriza por robots construidos con materiales altamente flexibles, como elastómeros y polímeros, que imitan a los organismos biológicos en flexibilidad y adaptabilidad. A diferencia de los robots tradicionales con componentes rígidos, los robots blandos pueden realizar tareas en entornos no estructurados con mayor seguridad y destreza. La clave para el funcionamiento de los robots blandos son los sensores de deformación flexibles, que monitorean y miden las deformaciones mecánicas y las fuerzas ejercidas sobre la estructura del robot. Los sensores de deformación flexibles están diseñados para deformarse con los movimientos del robot, lo que proporciona retroalimentación en tiempo real sobre los cambios de forma, presión o fuerza. Estos sensores son esenciales para permitir un control preciso, mecanismos de retroalimentación y comportamientos adaptativos en aplicaciones de robótica blanda. El desarrollo de sensores de deformación innovadores implica la creación de materiales que sean sensibles y duraderos, midiendo su rendimiento con precisión y analizando los datos estadísticamente para comprender sus capacidades y limitaciones.
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