Krzysztof Adamowicz
La radioterapia ha sido el pilar del tratamiento de los pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) en estadio III. A principios de los noventa, se introdujo el tratamiento combinado con quimioterapia. En 1995, un metaanálisis mostró un mejor resultado del tratamiento con el uso secuencial de quimioterapia y radioterapia (ECA) basadas en cisplatino en comparación con la radioterapia sola. Estudios aleatorizados posteriores y los dos metaanálisis demostraron que la radioquimioterapia (ECA) concurrente es superior (control local y supervivencia general) al uso secuencial de ambos métodos. Sin embargo, quedan varias preguntas sin respuesta sobre el régimen de quimioterapia óptimo y las dosis y técnicas de radioterapia en términos de resultado del tratamiento y perfil de toxicidad. Las terapias dirigidas representan una nueva clase de medicamentos que interfieren con objetivos moleculares específicos (normalmente proteínas) que desempeñan papeles críticos en el crecimiento y la progresión del tumor. Algunas combinaciones parecen ser demasiado tóxicas, como el anticuerpo del factor de crecimiento epitelial vascular bevacizumab. Recientemente se ha informado de la viabilidad de añadir el inhibidor del receptor del factor de crecimiento epidérmico cetuximab para pacientes con CPCNP. Se necesitan estrategias para incorporar de forma segura nuevos agentes antiangiogénicos en la terapia de modalidad combinada para el cáncer de pulmón. Se espera que el rápido desarrollo de la oncología molecular contribuya a una mejor selección de pacientes para estrategias particulares y a la optimización del tratamiento. El aumento de las dosis de radioterapia aplicadas de acuerdo con técnicas actualizadas y combinaciones con nuevos agentes biológicos podría conducir a nuevas mejoras en el tratamiento.
Comparte este artículo