Chad M Lampe y Christopher S Gondi
La catepsina B es una proteasa de cisteína ubicua y estrechamente controlada que ha estado implicada en una amplia variedad de procesos celulares, como la conversión, activación y señalización de proteínas. También se ha descubierto que la catepsina B tiene muchas funciones en varias etapas de la progresión tumoral hasta la metástasis y más allá de ella. Como resultado, la investigación actual se ha centrado en la identificación de posibles inhibidores de la catepsina B que se puedan utilizar directamente para el tratamiento o como modelo para el desarrollo de fármacos. El desarrollo de inhibidores de la catepsina B todavía está en progreso y ninguno de ellos ha llegado a los ensayos clínicos. Algunos fármacos, como el VBY-825 y el antibiótico quinolónico nitroxolina, han demostrado ser prometedores en la aplicación directa, mientras que otros, como las chalconas, la curcumina y la IGFBP-4, se pueden utilizar como modelos para el desarrollo de futuros inhibidores de la catepsina B para uso clínico. Los fármacos que ya han tenido éxito en ensayos clínicos para tratar otras enfermedades no relacionadas con la catepsina B, como la osteoporosis con odanacatib, tienen análogos similares que han demostrado inhibir la catepsina B y no solo podrían utilizarse como modelo para el desarrollo de nuevos inhibidores de la catepsina B, sino que también podrían llegar al mercado antes debido a su conocido perfil de alta seguridad. Estudios posteriores más allá del desarrollo de inhibidores de la catepsina B deberían centrarse en un tratamiento combinado del inhibidor de la catepsina B con quimioterapia, radioterapia y/o inhibición de otras proteínas implicadas en la progresión tumoral. Se ha demostrado que este enfoque combinado es muy eficaz en la sensibilización y muerte de las células tumorales.
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