María José Míguez, Luis A Espinoza, Caroline Pérez y Christopher Kahler
Objetivo : Los autores se basan en la teoría neurobiológica para postular que los riesgos sexuales podrían estar asociados con cambios neurológicos, específicamente, aquellos cambios neuroadaptativos asociados con las adicciones. Proponemos que los niveles bajos de factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una molécula de señalización involucrada en conductas cognitivas, emocionales y de adicción, pueden desempeñar un papel clave en la expresión de conductas sexuales de alto riesgo.
Métodos : En una cohorte prospectiva de 400 personas que viven con VIH (PLWH), se recopiló información sobre tabaquismo (prueba de Fagerström para dependencia de la nicotina), consumo de alcohol de riesgo (hombres >14 y mujeres >7 bebidas/semana) y conductas sexuales. Para evaluar el papel del BDNF, se obtuvo plasma pobre en plaquetas para medir los niveles de BDNF y los participantes se dicotomizaron en los Grupos 1 (BDNF ≤ 5000 pg/mL) y 2 (BDNF >5000 pg/mL).
Resultados: Más de dos tercios de los participantes informaron múltiples conductas de riesgo, lo que confirma nuestra hipótesis de que el Grupo 1 tendría una tendencia general a asumir riesgos. Los individuos del Grupo 1 tenían más probabilidades de fumar (p = 0,0001) y de beber alcohol de forma peligrosa (HAU) más días a la semana (p = 0,04), especialmente licores fuertes (p = 0,001). En apoyo de nuestra hipótesis, el Grupo 1 también tenía más probabilidades de informar de relaciones sexuales bajo la influencia de drogas/alcohol (p = 0,003) y de intercambiar sexo por dinero (p = 0,03). Los hombres del grupo 1 tenían múltiples parejas (p = 0,09) y practicaban sexo anal sin protección (p = 0,08) más que los del grupo 2. Los resultados de las regresiones mostraron que el BDNF (p = 0,05), el uso de antidepresivos (p = 0,003), el consumo de alcohol de riesgo (p = 0,0001) y la interacción BDNF x género (p = 0,022) fueron predictores significativos de conductas sexuales de alto riesgo. Para respaldar aún más nuestro postulado, los participantes con bajo BDNF mostraron un riesgo triple de herpes (p = 0,05).
Conclusión: Este enfoque innovador demostró por primera vez que los trastornos por abuso de sustancias (especialmente el abuso de alcohol), las conductas sexuales de alto riesgo y las enfermedades de transmisión sexual se dan con mayor frecuencia en personas con niveles bajos de BDNF. Estos hallazgos sugieren la importancia de utilizar modificadores del BDNF en intervenciones preventivas relacionadas con las personas que viven con el VIH. Dadas las limitaciones del diseño, se necesitan nuevos estudios entre la población general para confirmar la generalización de los hallazgos.
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