Brenda Verde
A través de la aculturación y la socialización, el cuidado implica patrones de comprensión y comportamiento en el mundo que son tanto de género como de sociedad. Como resultado, las implicaciones para el cuidado están arraigadas en los valores y experiencias personales y sociales asociados con el género, el poder y la política. El ethos general de este artículo explorará una ética feminista del cuidado que surgió del trabajo de Carol Gilligan. Este punto de vista ofrece ventajas periféricas particulares, ya que la crítica de las teóricas feministas al cuidado incluye el examen crítico de las relaciones desde la posición de las personas que han sido sistemáticamente excluidas del poder. Aunque esta perspectiva es teóricamente desafiante, ofrece perspectivas sobre la importancia del cuidado del otro, de uno mismo y de la comunidad.
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