Mayra Carmina Moreno-Lozano
El ictus es un problema sanitario mundial incapacitante y la rehabilitación es una parte importante de la atención al paciente. A los 4 años del evento, más del 30% de los supervivientes de un ictus informan de restricciones en la participación. Hasta el 70% de los pacientes presentan caídas durante los primeros 6 meses, la razón puede ser debido a alteraciones del equilibrio, la marcha, el control motor, la percepción y la visión que contribuyen a un aumento del miedo a caer. Esto puede conducir a una reducción de los niveles de actividad y a la pérdida de la independencia. Algunas de las áreas afectadas incluyen el equilibrio, debido a la alteración de las redes sensoriales y motoras; esto contribuye a la dificultad en las actividades de la vida diaria (AVD). Esta es la razón por la que se debe realizar un entrenamiento del equilibrio. Otra secuela es la pérdida o dificultad para la deambulación, y la recuperación de la marcha es uno de los objetivos principales de la rehabilitación; la limitación de la marcha es otro factor que contribuye a un aumento del riesgo de caídas. Se ha descubierto que la recurrencia del ictus varía según el sexo: el 24% de las mujeres y el 42% de los hombres experimentan una recurrencia dentro de los 5 años posteriores al inicio.
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