Nikos G Gavalas, Sofia-Paraskevi Trachana, Meletios A Dimopoulos y Aristóteles Bamias
El cáncer de ovario representa el tipo más letal de neoplasias malignas ginecológicas. El microambiente tumoral consiste en la región donde ocurren una serie de procesos que contribuyen a la patogénesis de esta enfermedad mortal. Excepto el proceso de proliferación celular en sí, procesos como la angiogénesis pueden ser considerados responsables del progreso de la enfermedad. Más específicamente, la angiogénesis representa un fenómeno distintivo en el cáncer y una serie de estudios han demostrado que es responsable de la propagación del tumor y la metástasis en la mayoría de los tipos de cáncer, incluido el cáncer de ovario. El proceso conduce a la formación de nuevos vasos sanguíneos y la estabilización de la vasculatura tumoral. En los últimos años, se ha prestado considerable atención a la angiogénesis con el fin de identificar nuevos objetivos para desarrollar terapias antitumorales efectivas. Entre otras familias de moléculas, se ha identificado que los factores de crecimiento desempeñan papeles importantes en el impulso del proceso de angiogénesis y, por lo tanto, la formación de nuevos vasos sanguíneos que desempeñan el papel clave en el suministro de nutrientes adecuados al cáncer, lo que permite su propagación y metástasis. Entre estas moléculas se encuentran el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), el factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF), el factor de crecimiento de fibroblastos (FGF) y el complejo receptor angiopoyetina (Ang)/Tie 2. Estas proteínas son actores clave en las vías moleculares ubicadas dentro de la célula tumoral y recientemente han sido objeto de una intensa investigación, siendo el foco de atención del desarrollo de moléculas antiangiogénicas que pueden actuar como terapias independientes (monoterapia) o en combinación con los regímenes de tratamiento actuales, como la quimioterapia estándar. Entre estas moléculas se encuentran Bevacizumab, Sorafenib, Mesilato de Imatinib, Sunitinib, Trebananib, Aflibercept, Intedanib, Pazopanib y Cediranib. También se hace una referencia especial al posible efecto angiogénico que puede conferir el paclitaxel, ya sea en monoterapia o en combinación con otros agentes. En este artículo se describen las funciones de estas moléculas que se han desarrollado para combatir la angiogénesis.
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