Bryan T. Oronsky, Neil C. Oronsky, Gary R. Fanger, Arnold L. Oronsky, Michelle MC Lybeck, Harry E. Lybeck, Scott Z. Caroen, Christopher W. Parker y Jan Scicinski
El origen de la frase común “tu nombre es barro” puede derivar de la terrible experiencia del médico del siglo XIX, el Dr. Samuel Mudd, quien tal vez fue condenado injustamente por conspiración en el asesinato del presidente Abraham Lincoln. El crimen de Mudd pudo haber sido sólo mala suerte: el asesino de Lincoln, John Wilkes Booth, supuestamente desconocido para el médico, se había roto una pierna y se encontró con Mudd, quien, imprudentemente, como se vio después, le arregló la fractura y su propio destino posterior, que incluía cadena perpetua con trabajos forzados, lo que lo convirtió en una víctima potencial de las circunstancias en lugar de ser el autor de un crimen. El nieto de Mudd, también médico, intentó sin éxito limpiar el nombre ampliamente vilipendiado de su abuelo, que como resultado, ha seguido siendo, tanto literal como figurativamente, Mudd.
Esta analogía histórica destaca el punto importante de que los radiosensibilizadores como clase han sido ignorados en lugar de adorados debido a su reputación fallida. Por lo tanto, en el campo de la oncología radioterápica, la expresión "tu nombre es barro" se aplica a los radiosensibilizadores, que desde el oxígeno hiperbárico y los nitroimidazoles, hasta el gadolinio motexafin, la tirapazamina y el efaproxiral, generalmente han prometido demasiado y han cumplido poco con respecto a los beneficios del tratamiento de supervivencia en múltiples indicaciones diferentes. Sin embargo, los radiosensibilizadores no tóxicos más nuevos que se vislumbran en el horizonte, como el modulador redox epigenético antienergético, RRx-001, que iniciará un ensayo clínico de fase 2 con radioterapia cerebral completa (WBRT) concurrente en sujetos con metástasis cerebrales, pueden finalmente validar la promesa subyacente y el potencial no realizado de estos agentes. El tratamiento exitoso de las metástasis cerebrales es al menos un proceso de cuatro obstáculos que involucra penetración, retención, selectividad y toxicidad. Este artículo revisará el mecanismo de los radiosensibilizadores RRx-001 y 2-desoxiglucosa, como ejemplos o “modelos a seguir” para terapias que teóricamente son capaces de superar estos importantes obstáculos in vivo para tratar con éxito las metástasis cerebrales.
La tesis de esta revisión es que se necesitan urgentemente nuevos radiosensibilizadores y que su mala reputación debe ser superada.
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