Amy Green y Shawn Larson
Los depredadores vertebrados costeros, como los mamíferos marinos y las nutrias, son superpredadores y, como tales, actúan como impulsores de los ecosistemas en los que viven y como centinelas de la salud ambiental. Como superpredadores, estos animales salvajes que se encuentran en la cima de la cadena alimentaria suelen bioacumular contaminantes orgánicos persistentes (denominados COP) que se encuentran diseminados por todo el medio ambiente. Los organoclorados son un tipo de COP que tienden a ser lipofílicos e hidrófobos y se acumulan en los tejidos grasos de los mamíferos marinos y otros depredadores vertebrados con el tiempo. Existe una creciente preocupación por estos COP en el medio marino y en la vida silvestre, ya que pueden causar problemas de salud. Desde la década de 1950, se han publicado 81.000 artículos sobre organoclorados en depredadores costeros y sus posibles efectos negativos para el medio ambiente, la vida silvestre y los seres humanos. En este artículo, revisamos los organoclorados reportados en los tejidos de mamíferos marinos y otros depredadores vertebrados cercanos a la costa desde 1995. Nos centramos en cinco organoclorados que han sido más estudiados en depredadores vertebrados cercanos a la costa: 2,2-bis-(p-clorofenil)-1,1,1-tricloroetano o diclorodifeniltricloroetano (DDT), bifenilos policlorados (PCB), éteres de difenilo polibromados (PBDE), toxafeno y naftaleno policlorado (PCN).
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