Filippo Petrelli, Roberta Rossi, Maurizio S Fianchini, Luca Cardinali, Daniele Marrelli y Cristina Marmorale
Antecedentes: El uraco es un remanente embrionario, que se oblitera en la mayoría de los adultos. Un remanente del mismo persiste en el 32% de los adultos y las neoplasias, que pueden surgir de esta estructura, son extremadamente raras. Estas generalmente se diagnostican a través de hallazgos incidentales o por síntomas urinarios. Su historia natural se caracteriza por una metástasis temprana a través de la cavidad peritoneal. Debido a su rareza, no existe un consenso unánime para su manejo y terapia. La escisión radical, asociada o no a quimioterapia hipertermia intraperitoneal vinculada a cirugía citorreductora, se sugirió con el tiempo.
Reporte de caso: Una mujer de raza negra acudió a nuestra atención por una secreción gelatinosa del ombligo. Después de un estudio de resonancia magnética, se diagnosticó una neoformación parietal de los remanentes del uraco. Esta neoformación reveló una fistulización cutánea y se extirpó quirúrgicamente. Su examen patológico describió la presencia de un tumor uracal mucinoso quístico. Durante el seguimiento se realizó cirugía citorreductora (CRS) y quimioterapia intraperitoneal hipertérmica (HIPEC) por la aparición de líquido libre intraperitoneal y múltiples nódulos en los parénquimas abdominales. Tras la última cirugía, la paciente fue sometida a seguimiento radiológico y serológico y, a los 6 meses, no hay evidencia de recidiva patológica.
Discusión y conclusión: En la vía diagnóstica, la resonancia magnética tiene un papel fundamental para el estudio de la cavidad peritoneal. Quirúrgicamente, se prefiere la escisión completa. El papel de la quimioterapia convencional aún está en debate, sin embargo, la CRS en asociación con HIPEC, es ciertamente útil.
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